Ética

Ética

El origen de la ética es tan antiguo como la historia del ser humano. Desde los cavernícolas hasta hoy en día, las personas han determinado qué es “bueno” y qué es “malo”. Los humanos a lo largo de su existencia determinan y justifican sus acciones aplicando un conjunto de valores, principios y normas. En caso de infringir estos principios y normas se debe otorgar un castigo. Según Cárdenas (2011): “Desde el antiguo Egipto casi cuatro mil años antes de Cristo, la sabiduría de Amenope y las normas morales son recogidas en los papiros…”  En Grecia, Homero escribió la Odisea y la Ilíada textos donde narran la ética de aquella época.  Los pensadores griegos concluyen que lo ético es “toda acción que beneficia a la comunidad”.

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. En lo referente a una acción o a una decisión.

Rafael Gambra (1989), dice que “ética es la parte de la filosofía que estudia las leyes de la licitud o moralidad de los actos y su fundamento” (p.28).

Algunas de sus características son: No es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes) y ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.

Antonio Raluy (1990, 50-51) dice que “Si el hombre se hallara determinado a actuar siempre en un mismo sentido ante cada circunstancia como si tuviera que hacerlo siempre de esa manera y no de otra, dejaría de ser libre, y su conducta no podría distinguirse”.

Algunas de sus ramas son:

                                   

Ø  Ética normativa: Son las teorías que estudia la axiología moral y la deontología.

                             

Ø  Ética aplicada: Se refiere a una parte específica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones.

Ø  Ética Cognitiva: El subjetivismo ético hace al juicio moral un producto interno de la persona misma. Es en el fuero interno de cada uno donde se encuentra la solución a lo que debe o no hacerse siendo libre una decisión totalmente subjetiva y sin criterios externos. El objetivismo ético es exactamente lo opuesto el que sostiene que lo que define a lo bueno y a lo malo es externo a la persona y no depende de ella.

Ø  Ética NO cognitiva:  Ética de la emoción, cuyo cimiento es la emoción o el sentimiento —las reacciones emotivas de la persona que rechazan o aprueban algo sin que medie análisis ni reflexión. Ética del experto, la que se basa en el consejo o sugerencia que se busca en alguien considerado experto —la que puede tener diversos grados de intensidad, desde ser una sugerencia hasta convertirse en una orden.      

                                             

Ø  Ética deontológica: Centra básicamente en buscar un código, unas reglas comunes y aplicables a todas las situaciones para que el individuo o la sociedad tengan un marco moral al que atenerse.

La ética es importante porque nos ayuda a tomar la decisión o a saber con claridad que es bueno o malo desde un punto personal, a diferencia de la moral que es desde una perspectiva colectiva. 

Esto nos ayuda a tener una perspectiva tanto como en nuestra vida laboral, social, personal, a tomar decisiones, a comportarnos frente a la sociedad y también nos enseña valores.

Referencias:

Cárdenas, J. (junio de 2011). Historia de la Ética. Cárdenas Historia. Recuperado de: http://www.cardenashistoriamedicina.net/etica/es-Histetica.htm

Julián Pérez Porto (2008). Definición de ética. Recuperado de: https://definicion.de/etica/